Se inicia la  legislatura y solo he podido ver una escena significativa. Acebes sigue a la  derecha del "padre" y Soraya a la derecha de éste, desplazada un escaño por el  aún primogénito popular.
 Supongo que hasta  el catártico congreso seguirá siendo "el gris" el que susurre al oído de su  líder. Después, ya veremos, puede que sí o puede que no, que contestaría Mariano  galleguizando.
 A la izquierda de  Z se sienta Mari Tere y por encima Alonso, el ministro en funciones, que no el  corredor, que bastante tiene éste con sentarse en su "R-4 GL", por las escasas  velocidades que alcanza, aunque con 26 milloncejos de €uro, bien me sentaría yo  en un motocarro.
 Y es que esto del  motor, que muchas veces sustituye a la política en lo que a alegrías se refiere,  tiene mucho que ver con ella, con la política digo, y si no me creen, les pongo  algún ejemplo.
 Llamazares, sin ir  más lejos, reclama los puntos que le debían corresponder si el reglamento fuera  como él quiere que sea, para salir cuando menos tercero y, mientras tanto, busca  sponsor y equipo con el que afrontar el campeonato que, a todas luces, se le  presenta oscuro y con el asfalto deslizante.
 Comenzó la  temporada de motociclismo con rivalidad entre españoles, Lorenzo y Pedrosa, que  en lo deportivo bien pudieran parecerse a los Rajoy y Zapatero de la legislatura  anterior.
 Hay también  banderas de por medio pues Jorge Lorenzo se ha creado su propia patria,  "Lorenzo's Land", con cuya bandera montaba su show cada vez que ganaba en  250. En moto GP, con Pedrosa y Rossi de por medio, va a tener más  complicado ejercer su particular nacionalismo.
 Comienza con  crispación la cosa y fíjense si será de importancia el tema que el mismísimo  Jefe del Estado se persona en Jerez a mediar entre los contendientes  obligándoles, con indiscutible autoridad, a darse la mano a regañadientes,  soltando algún que otro cachete amistoso. Supongo que el Monarca, que está  mayor, para qué negarlo, intentó ejercer el papel de arbitraje que le otorga la  Constitución pero se equivocó de escenario y personajes, aún sintiéndose como en  casa.
 Bien podría haber  forzado los acuerdos, en los cuatro años inmediatamente anteriores, entre los  que pilotan, vistiendo distintos colores y sponsors, la cosa política, para  limar la aspereza que hemos sufrido los ciudadanos, que no aficionados, soltando  algún que otro cachete al que se saliera un poquito de madre con lo de  envenenar las mentes y las conciencias del sufrido pueblo español.  
 Bien podría haber  arbitrado y mediado, no entre Yamaha y Honda, sino entre PP y PSOE, para  que disfrutáramos de un campeonato limpio, sin trampas y zancadillas, sobre todo  en temas como el terrorismo.
 Pero al Jefe  del Estado le gusta más lo lúdico, las dos ruedas, que las muchas que  tiran del carro institucional. Que me da a mí que quiere jubilarse y montar  en moto o montear osos rusos, o disfrutar de otras "monturas" a las que también  es aficionado, según se dice por ahí, eh, que yo no digo nada que no vaya a ser  que...
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