Fue esta mañana,  sí, fue ésta y no otra. Al despertar, entumecido, con el hormigueo del siempre  insuficiente sueño en mi entrecejo, me disponía a levantarme. A remolcar mi  cuerpo, este día más pesado que otros, para cruzar el desierto que me separaba  del oasis de la cocina, donde mana el café, donde reina el café, se oía la  radio, la radio por la mañana, la mañana de radio, la voz pegajosa de ese hombre  ahíto de esputos de rabia, ese hombre que ustedes saben y que ni nombro, ese  hombre que no quiero oír, mas en mi casa yo no mando. Ni mando ni puedo evitar  que en la aldea sean las ondas episcopales las que primero se logran sintonizar.  Como si los repetidores fueran confesionarios y confabularan contra mí y el  resto de ateos y descreídos. No, no me sorprendió su saña, la saña innata que  invade sus cromosomas, no me sorprendió por sabida y habitual. Tampoco los  objetivos de sus saetas de ballestero de la Guardia Suiza. Pueden imaginárselo  tras un día de tomas de posesiones y promesas laicas, que no juramentos  confesionales, tenía toda la carnaza necesaria para llenar su mañana, suya que  no mía, que yo ni la quiero ni se la acepto.
 Lo que me  sorprendió fue, tras repetidas jocosidades e ironías, no fina ironía, no, ironía  en serón, áspera de urdimbre de estopa rancia, lo que me heló, me sacó del  letargo matinal y provocó que de mi boca, discreta por lo general a esas horas  tempranas, saliera un sonoro y seco "hijo de puta", fue una frase, una frase  corta y llena de grosera mezquindad, de machismo tabernario impropio de  comunicadores, como se les llama ahora. Se refería, como no podía ser de otra  forma, a Doña Carme, la ministra que levanta sarpullidos entre los amos de las  banderas y los himnos. La frase, tras las consabidas referencias a su  catalanismo separatista y estatutario, la frase, digo, más o menos textual, que  mi memoria tiene algún clúster dañado y no acabo de desfragmentar correctamente,  decía así: "A ésta le mandó Rubalcaba un asesor de imágen, y bien  que le asesoró que, fíjense, ya está de siete  meses...".
 Puede que se pueda  caer más bajo, ser más mezquino y más ruín, seguro que se puede y a todas luces  que lo logrará el monaguillo diabólico, superándose a sí mismo, llenándose la  boca de espumosas babas de rabia sin vacunar, tanta rabia que puede hacer que un  día llegue a devorarse a sí mismo.
 Hijo de puta. Sí,  no en el sentido literal que qué culpa tendrá la madre, pero con toda la  contundencia que pueda llevar el insulto más que merecido por semejante bellaco.  
 Qué categoría y  qué elegancia de opinador de postín. Critique usted, hombre de Dios y sus  obispos, critique y ataque a los gobiernos, que es sano criticar y oponerse pero  no caiga en lo soez, en la bajeza y en la abyección, que está llegando a  repugnar cada vez más.
 ¿Éste es el  liberalismo, el de los debates de ideas, de las ideas que dice tener Aguirre y  de las que duda Rajoy?. Supongo que no, que el del micrófono engargajado supera  todas las expectativas, pero crea opinión y, no hay quién lo niegue, tiene  audiencia y quien le adora, le defiende ante los monarcas cabreados y cede su  aval, mas dime con quién andas...
3 comentarios :
Así puede hacerse Ud. una idea, mínimamente, de lo que sentimos los otros casi 11.000.000 que no tenemos a uno sólo insultandonos todos los día, sino a toda una manada de sicarios. Milá, Gabilondo, Barcelo, Carnicero, Millas, Boris… y no conformándose con la simpleza que Ud. entrecomilla, referida a una nacionalsocialista, artífice de uno de los actos más repugnantes de esta democracia el “Pacto del Tinell”. Los insultos que estos sicarios nos dedican a diario, van con el “hijo de puta” literal sin florituras y disimulos, cono lo puede hacer Don Federico.
Todos los días los escuchara Ud. (yo no, porque deje de soportarlo hace tiempo) llamándonos a mi y a mi familia y los que piensan como nosotros, criminales, nazis, asesinos, fascistas, morralla, imbéciles, homófobos, racistas, pedófilos, retrasados; y asi, literalmente y a todas horas del día y en todas las emisoras y TVs de ambito estatal, a excepción de COPE y la mañana de OndaCero (por la tarde retoma Otero la maquina de insultar).
A Ud. le insultan desde un medio privado, sin subvención alguna, ni siquiera les dan publicidad oficial.
Pero a mi me insultan, mucho más cruelmente que a Ud. y a la nacionalsocialista, me insultan con mi propio dinero, me insultan desde todos los medios públicos, todos los subvencionados (si no lo hicieran les quitarían la subvención), me insultan desde todos los medios privados, engordados con la publicidad oficial.
Haga lo que yo, si no le gusta, no le escuche, borre la presintonía o gire la ruedecita del dial. A Ud. le sale gratis.
Yo tengo que pagar aunque no escuche a los que me insultan.
Qué sería de mí sin usted, Don Oyente. Qué sería.
Al reves Don Filo, espero que Ud. se valore a si mismo en lo que vale. Que no es poco.
Si Ud. se mueve por ahi, entre los blog de izquierda, verá que muy pocos se escapan de lo que parecen, los demagógicos argumentarios de los partidos.
Ahora estarán todos diciendo que esto no es un “trasvase; o lo que se lleve en cada momento.
Pero Ud., incluso cuando comenta la actualidad, además de redactar con chispa y perfectamente (a mi entender), opina. Y lo hace desde su propio convencimientos y desde sus propias filias y fobias. Rara vez encuentro en sus comentarios el paralelismo con los titulares de “El País”.
Con seguridad, que podría vivir sin leer sus post, pero me gusta más vivir con mi neurona estimulada por sus sabios comentarios. Que más veces de las que Ud. imagina comparto.
Además, para sobrevivir a el veneno ingerido a diario por escuchar la COPE, necesito el antídoto de sus textos.
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