Me sube. El  euribor me sube. La leche me sube y se me sube la mala. El depósito de mi coche  se ha vuelto insaciable de €uros. Creo, doctor, que sufro una enfermedad nueva,  un mal que diagnosticó el pasado lunes nuestro presidente, creo que no soy  el único y que hay gente, mucha gente, que se encuentra ya en fase terminal.  Hablo de antipatriotismo, y es que lo veo negro. Bueno, de momento grisáceo, han  bajado ostensiblemente mis defensas de optimismo gubernamental y no veo que la  inflacción baje "pero ya". Y es que no sé si tendré cura, doctor, usted dirá, y  el carro del supermercado se vuelve permeable y devora mis emolumentos. Y hay  quién dice, seguramente aquejado de antipatriotismo global, que el hambre, el  hambre de verdad, el hambre que mata por vacío, va en aumento. Y aquí hay  repunte del paro, lógico al parecer, pero transitorio según "Z". Y no todos los  afectados son Zaplana, también con Z, que ha conseguido trabajo antes de  abandonar el actual. Este antipatriotismo patológico que me está afectando no me  da conformidad con el ejemplo del ex-portavoz popular. Porque aún  puedo asimilar que él no pasará muchas calamidades, pero ¿y el  resto?.
 No creo que los  400 €, no dados sino no cobrados, me sirvan como vacuna efectiva, sobre todo si  pienso que Zaplana también los recibirá.
 Lo que nunca pensé  que me iba a ocurrir me está pasando. Sufro de ataques de antipatriotismo agudo.  Será la edad. La misma edad que hace que hoy estrene las gafas que uso para  escribir esta infamia antipatriótica.
5 comentarios :
Hace unos minutos han despedido a mi señora.
Bienvenido al club de los con prótesis ocular.
Bienvenido al club de los gafotas. A los tres meses, no podrá vivir sin las gafas.
yo sufro la misma enfermedad, pero hace mucho tiempo.
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