Poco más de  sesenta años. Mujer, viuda eterna y madre de único heredero. Revisión periódica  por edad y sexo. Prueba radiológica con hallazgo dudoso. Punción y biopsia.  Resultado: "Hay que operar". Excasísimas explicaciones y ni una sola mención a  la palabra tabú. "Hay que operar, después veremos". Miedo, miedo de ella y miedo  nuestro. Estadísticas favorables pero insuficientes para el optimismo. La  mayoría se cura pero la mayoría es muy poco. Muy poco para la tranquilidad pero  bastante para las preceptivas palabras de aliento.
 "Yo, para lo que  tengo que hacer aquí, ya tengo el viaje listo. Peor sería que os pasara a  vosotros que sois jóvenes".
 Bronca: "No tengas  tanta prisa, que para ciertos viajes nunca hay que tener  prisa".
 No adelantar  acontecimientos, no apresurarse, no vender la piel del oso antes de cazarlo, no  poner el parche antes que la herida, tranquilidad.  Miedo.
1 comentario :
El miedo es comprensible, el miedo es inevitable. Pero la estadística acabará transformando ese miedo en el recuerdo de un susto superado. Estoy convencido.
Publicar un comentario