¿POR QUÉ NO TE CALLAS?

No voy ahora a reivindicar de nuevo mi republicanismo. No creo que sea necesario y si lo es me la trae al pairo. El caso es que asisto últimamente, no sin asombro, a un fenómeno singular en la blogosfera y todo a cuenta de un suceso anecdótico.

Resulta que la progresía referencial, en lo que a esto de los blogs se refiere, está indignada y usa como un argumento más para rebatir la monarquía, la tan traída y llevada intervención del Borbón en la Cumbre Iberoamericana.

A mi modesto, claro, modo de ver, y observando el fenómeno provocado por el incidente, el tal Juan Carlos no hizo más que lo que mucha gente, en Venezuela en particular, y en el resto de América y quizá en este mundo globalizado en general, quisiera hacer. Decirle al cansino bolivariano, que de Bolívar solo tiene el afán de convertirse en Napoleón de las Américas, que por qué no se calla de una puñetera vez. Y es que la constante presencia de este energúmeno en las pantallas televisivas, en los diarios afines, en sus apariciones con Castro, el que otrora era un dictador para él según una entrevista televisiva hecha antes de convertirse al bolivarismo, etc. debe agotar al pueblo más paciente que hubiere, y el pueblo iberoamericano ha demostrado con creces su paciencia.

¿Por qué no te callas?, hombre, que nada más que haces hablar e insultar en vez de construir un socialismo serio para tu región y no una fanfarria populista con tus mariachis de jerseys coloridos. ¿Es ese el futuro que tienes para Iberoamérica?, programitas de televisión, ataques verbales de sermón de Chiquito de la Calzada para Bush, Aznar, Blair y ahora España y sus 500 años de Imperio, con lo que ha llovido.

Y es que el Borbón no intervino en el ámbito político, por mucho que quieran algunos achacarle tal intromisión. Intervino en el ámbito de la corrección y las buenas formas que debe tener un Jefe de Estado y, en este caso, Juan Carlos ejerció de profesor para con el niño travieso al que se le consienten por lo general todas las pataletas y travesuras, riéndosele las gracias por pintoresco.

Sí, es cierto que el Coronado se cabreó, se indignó, se cansó y se hastió, sobre todo llegado el punto en que el “Jaimito” no dejaba hablar al verdadero favorito de la clase, que para colmo es español y preside el gobierno del país del que, hasta que la democracia no lo remedie, él es Jefe del Estado.

El caso es que el debate de la cumbre se quedó ahí, en lo anecdótico, mientras lo que se debiera decidir es si se opta por la socialdemocracia seria y consciente del mundo en que vivimos o por el contrario se opta por el populismo barriobajero e hipócrita de Bolivarianos, que nada tienen que ver con Bolívar, y Sandinistas que tampoco tienen nada que ver con Sandino ni con la revolución que ellos mismos protagonizaron, y si no infórmense de los apoyos que tuvo Ortega para ser presidente de Nicaragua.

¿Por qué no te callas? se ha convertido en el lema involuntario de los opositores, variopintos todos, a Chávez y su constante presencia, perpetua presencia, con su Constitución a su imagen y semejanza.

¿Por qué no te callas? es una expresión que salió espontánea como a usted o a mí nos puede salir cuando alguien da la paliza hasta el empacho, y ahora se ha convertido en politono, en lema político de oposición, en latiguillo comercial y requetetelevisado y youtubeado estribillo de alguna canción de moda. “Youtubeado”, vaya palabro.

Es más, dicha expresión pareció que hizo despertar del letargo en el que se suponía estaba el Rey, el incinerado y abdicado, por unos y por otros, dando muestras de que cuando hace algo, lo hace y trae consecuencias, positivas o negativas, pero el caso es que en el pueblo llano y común, no en las élites politizadas, el “¿Por qué no te callas?” tiene más efectividad propagandística que la “Z de Zapatero”.

Hoy mismo, al mediodía, cuando me disponía a tomar mi preceptiva cerveza en “La Taberna de la Trola”, estaba allí Manolín, el “mentolado”, del que ya les hablé. Se encontraba bastante perjudicado por las secuelas de una noche de vigilia de sueño y sobredósis de menta con cola, con lo cual, como podrán suponer, se hallaba sumido en un estado especialmente cansino. Como era de esperar la tomó con un servidor de ustedes, contándome hasta cinco veces la anécdota aquella de cuando le robaron una bicicleta, anécdota que sufrí con anterioridad hasta al menos una veintena de veces más. Llegado un punto no tuve otra opción: “¿Por qué no te callas?, Manolín, hombre, que me tienes la cabeza como un bombo, y no he matado a nadie ni me llevé yo tu bicicleta, cojones”. Pues eso.

Estoy más que convencido de que hay miles de argumentos para rebatir la pervivencia de la Monarquía. Pero el incidente de Chile no creo que sea el más apropiado, y ser republicano no significa que se tenga que especular sobre cualquier gesto, dándole significados profundos a lo que no lo tiene, con un “todo vale” para desprestigiar al enemigo.

No obstante creo que ha habido noticias más importantes a las que no se han referido proporcionalmente los mencionados blogeros de la progresía patria.

Sin ir más lejos, hay un hombre que ha perdido cinco dedos, un policía autónomo vasco, Ertzaina creo que se dice, aunque a un policía de Nueva York no se le dice “New York policeman”… Cinco dedos, decía, tras evitar alguna desgracia aún mayor que tenían preparada ciertos señores. Señores fascistas, mucho más fascistas que Aznar, y al menos tan fascistas como el que apuñaló a un chaval en el metro de Madrid, aunque éste era primerizo en eso de matar.

Cinco dedos, los mismos cinco dedos que utilizamos los blogeros para expresar nuestras paranoias, ha perdido un hombre al desactivar un artefacto y, por lo que yo leo, no ha merecido un movimiento de falange sana sobre ningún ilustre teclado.

Pero claro, eso ya no es noticia… o muy poca noticia, de escasa reacción o alcance.

¿Por qué no te callas?, Filo de Espada, que estás más guapo.

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