A Zapatero le aprietan los zapatos. "En casa del herrero...". Se le nota al caminar y en la sonrisa forzada de comodín de baraja francesa. Anda apretado y las apreturas son malas y se trasladan a sus discursos.
Sus últimas declaraciones están colmadas de vacío. La vacuidad es el principal contenido de sus palabras. Grandes titulares pero sin concrección. Habla del fin de la violencia pero no explica cómo ni a cambio de qué. Habla de la Constitución del 78 y de la fortaleza de España en su pluralidad pero no completa los enunciados.
A este Quijote, que ansía desfacer entuertos sin acabar de encontrar el método, le sigue muy a la zaga, no se sabe con qué última intención, el "sanchopanzismo" manchego de Bono, más cercano al pueblo llano, con palabras claras y sin dobleces, gusten o no gusten, convengan o no convengan. Sentencias de pan cortado a navaja y queso con la corteza sin raspar. El "fiel escudero" no se apea de "Rucio" y continúa su trote lento pero seguro, tirando de bota para "pasar" el queso, como esperando el batacazo del vapuleado hidalgo, su señor, para devolverlo a casa y hacerse con la "Insula Barataria" que en su día se le escapó de las manos para mayor gloria de su actual amo.
En Madrid, Sebastián sigue la escuela de su maestro en lo de los mensajes vanos, autodefiniéndose socialista y liberal ¿? y riza el rizo intentando comunicarse con el lenguaje de signos. Clara desventaja frente a las ruidosas excavadoras de Gallardón que, a pesar de tener a los madrileños hasta las túrpimas de tanto agujero y caos circulatorio, se escuda en aquello de "por sus obras los conoceréis". Mientras, Esperancita la Noble, hace estiramientos para demostrar que tiene "cintura" política.
Josu Jon Imaz, heredero del Jesuíta, quiere "cautivar España", como ya hiciera el "Caudillo". Bueno, "Paquito" cautivó y desarmó al "Ejército Rojo", según reza su famoso último parte de guerra. Imaz es más ambicioso y quiere "cautivar", y seguramente también "desarmar", a España entera. A las dos Españas o a todas las que haya. Con dos cojones. Este chico ¿no será de Bilbao por casualidad?.
El pobre Duque de Ahumada no deja de removerse en su tumba. Quién le iba a decir a él que su Benemérito invento iba a acabar de esta manera, lleno de sindicalistas bolcheviques manifestándose por las plazas con relucientes tricornios de rancio charol.
Los Populares siguen con sus "manifas" y "contramanifas", vídeos conspiratorios a lo Óliver Stone y con serios problemas para hacer listas dada la afición que ha cogido la Fiscalía con revolver cajones municipales, planes urbanísticos y licencias de obra. Acebes no calla y Zaplana está en "stand by" aparente.
A Mariano no le aprietan los zapatos, le queda alto el tiro del pantalón y de vez en cuando, la costura, le roza en el mismísimo "fistro diodenal" provocándole el famoso gesto del labio superior encogido y los ojos desencajados. Cambia de sastre, Mariano, que esos "roces" suelen traer nefastas consecuencias.
El Guarda Forestal de Fago, último candidato socialista a la alcaldía, presuntamente solo o en compañía de otros, salió una noche de montería y optó por abatir, a falta de caza mayor, al Alcalde popular, "con quien tanto quería".
Como en épocas más tristes volvemos a resolver diferencias personales, económicas o políticas a base de escopeta del 12 y posta para el jabalí. La España profunda de Puerto Urraco pero con siglas de partido de por medio. El feroz Losantos tiene ración doble de carnaza para sus maitines.
La Escopeta Nacional de toda la vida.
Si mi admirado García Berlanga quisiera no le iba a faltar material.
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