A siete de febrero de dos mil siete ya son siete.
Ya son siete las mujeres arrebatadas a la vida.
Ya son siete las vilezas de siete cobardes engendros que avergüenzan a los hombres de verdad por compartir género con ellos.
Trágica cábala del siete. Siete dolorosos azotes con látigo de siete colas a la conciencia estupefacta de una sociedad enferma.
Siete muertes, siete futuros talados salvajemente por el primitivo leñador de la caverna patria.
Siete esperanzas ahogadas a cuchillo por el matarife de sueños.
Ni siete leyes ni siete condenas ni siete jueces pueden evitar que el siete pase a ser ocho, número siguiente en la cadena dramática de este virus letal al que hay que encontrar antídoto.
Siete vidas de siete hacedoras de vida.
Siete mujeres.
Siete planetas alineados para eclipsar y ensombrecer la tierra dura, cuarteada y seca de siete hombres sin alma.
Post relacionado
1 comentario :
gracias, por el recuerdo
Publicar un comentario