MALA SOMBRA

Esta noche, particularmente espesa, me está derrumbando el peso de mi sombra. Tras portearla durante todo el día, como negro lastre, proyección oscura y maleable, arrastrándose anclada a un lado y a otro de mi cuerpo, asumo la tragedia. No me queda otro remedio que asesinarla a sangre fría antes de que acabe conmigo. Apagar la luz, y a la vez, como consecuencia, en legítima defensa, borrar su malévola existencia. Dormir y esperar a su heredera del día siguiente, nacida con el primer toque de interruptor y con la que tendré tambien que cargar como eterna condena por el crimen diario.

2 comentarios :

Elbereth y su silencio dijo...

Siento que mis palabras carezcan de tu poesía. Sólo puedo decir que esta noche me costó dormir, y que me quedé sentada a oscuras, esperando que el sueño me venciera y se llevara consigo mi sombra.

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

Siempre llega el día y, una vez lavada y planchada, tu sombra te será más agradable